Clase: Agotamiento de la Democracia y Participación del Militarismo

 






En la actualidad, se entiende que la democracia es un sistema que permite organizar un conjunto de individuos, en el cual el poder no radica en una sola persona sino que se distribuye entre todos los ciudadanos Por lo tanto, las decisiones se toman según la opinión de la mayoría.

También se entiende como democracia al conjunto de reglas que determinan la conducta para una convivencia ordenada política y socialmente. Se podría decir que se trata de un estilo de vida cuyas bases se encuentran en el respeto a la dignidad humana, a la libertad y a los derechos de todos y cada uno de los miembros.



La insurrección geográficamente se situó en la zona sur de occidente dentro del territorio cafetalero; este contexto es presenciado por los despojos de tierras y derechos de los indígenas ocasionándoles hambre y opresión; por ende los motiva a levantarse y dejar de ser excluidos de la sociedad, a pesar que este hecho fue popular en todo Latino américa por ser el primer alzamiento en El Salvador que condujo al comunismo internacional. 
Los indios cansados de ser marginados buscaron apoyo en sus autoridades tradicionales que eran “Los caciques” por medio de las cofradías de festividad católica donde a menudo abarcaba  cientos de personas indias; los hechos importantes es del 22 de enero de 1932 a la medianoche donde surge el levantamiento de miles de campesinos en la región de occidente del país, estos iban armados de machetes, y palos, atacando poblados, haciendas e instalaciones militares. Por ende Juayúa, Nahuizalco, Izalco, Tacuba, Ahuachapán, Sonsonate, Santa Tecla, San Miguel, Acajutla y otros lograron controlar esos territorios no obstante en pocos días el ejército, la policía y la Guardia Nacional tomaron por completo esos territorios como elemento decisivo utilizando todo su armamento para crear la confrontación directa hacia los indígenas.

Y se ejecuta la famosa “Oleada de indígenas barridos por las ametralladoras”. La “Matanza” como se llegó a conocer se cuenta de miles de personas indígenas asesinadas pero nunca se logro establecer una cifra exacta de ese hecho histórico, solamente se manejan con la incertidumbre de que fueron entre 7,000 hasta 25,000 muertos. Todo este conflicto fue brutalmente reprimida en menos de tres días, y continuaron esos asesinatos hasta crear un genocidio por razones étnicas y la población indígena sintió temor de vivir su cultura y expresarse con naturalidad por las calles por lo que son y rechazando así su idioma, vestimenta, y costumbres; por el miedo a ser fusilados. Para finalizar la insurrección dejo profundas huellas en la conciencia entre los pobladores indígenas por el arrebatamiento de vidas y pérdida de sus raíces culturales; el país quedara en una deuda histórica por ese hecho repudiable donde se tiene que conmemorar, y poder respetar esas culturas logrando así reflexionar sobre esa fecha de 1932 donde se alzaron los campesinos para exigir sus tierras. La mayor matanza de indígenas en América Latina y después entrar la era de los militares modernistas y desarrollistas.


La llegada de Hernández Martínez “echó por la borda” el proceso de democratización que había iniciado Arturo Araujo, presidente que fue derrocado por un grupo de militares jóvenes, quienes nombraron a Hernández Martínez como el nuevo presidente. Maximiano llegó a la presidencia con apoyo de gran parte de la oligarquía cafetalera que estaba disconforme con el trabajo de Araujo como presidente. La clase alta había aceptado como conveniente que el país fuera gobernado por militares, ya que según ellos existía el fuerte riesgo del movimiento comunista internacional. Pensaban que un gobierno militar podía ejercer “mano dura” para reprimir alzamientos e intentos revolucionarios.
A principios del siglo, se había comenzado a formar el movimiento obrero, con la organización de federaciones y sindicatos, sin embargo, el avance de éste fue detenido por la dictadura de Hernández Martínez. Maximiliano ha sido considerado como una persona con vocación de tirano, de personalidad autoritaria, autocrática y drástico, sobre todo con sus enemigos. Durante todo este tiempo, el régimen se mantuvo en poder a través de e elecciones fraudulentas y cambios constitucionales, sin embargo, el régimen del General Maximiliano Hernández Martínez terminó en 1944 con el alzamiento del movimiento antifascista a nivel mundial. Se creo una alianza con parte de la oligarquía que estaba descontenta con el régimen debido a las medidas tributarias, El Diario de Hoy, representantes de grupos populares y militares jóvenes. El 2 de abril de 1944 se realizó este golpe de estado, el golpe de estado fue fallido, sin embargo, San Salvador se transformó en caos
Durante este caos y hasta el 7 de  mayor, la población civil realizó una huelga de “brazos caídos” la cual paralizó a casi todo el país de entero. En esta huelga se hizo un paro de labores y actividades en las principales ciudades de El Salvador y la capital. Cabe recalcar que esta no fue una demostración pacífica y sin armas. Esta demostración de tipo pacífica estaba inspirada en las ideas de Ghandi en India, que al mismo tiempo se encontraba realizando el mismo tipo de manifestación para obtener la independencia de su país.
Los primeros en realizar la huelga fueron los estudiantes universitarios, luego se le unieron los estudiantes de secundaria, los maestros, los estudiantes de secundaria, los maestros, los empleados de teatro, las vendedores de los mercados, médicos, dentistas, abogados, jueces y obreros de ferrocarriles y luego fue seguido por el cierre de establecimientos comerciales, quienes no regresarían a trabajar hasta que renunciara Hernández Martínez. En general se pueden decir que estaban descontentos por la privación de libertades y los fusilamientos llevados acabo por él, la población en general se puso a favor de las víctimas y en contra de un gobierno que seguía en poder de forma ilegítima.Finalmente el 7 de mayo, se asesinó a José Wright, un miembro de una familia de la élite, esto causó que el embajador Estados Unidos le aconsejara a Martínez que renunciara, recomendación que él aceptó.

De acuerdo con la historia, el PDC se formó después del golpe de estado realizado en contra de José María Lemus; hechos sucedidos en 1960, año en que el país vivía un momento de crisis económica y política. Donde la Junta Revolucionaria de Gobierno toma el mando para definir el rumbo que tomaría la nación; fundamentándose en la necesidad de elecciones libres y cambios  en la sociedad. Muchos de los movimientos existentes para esa época se encontraban analizando la ejecución de la democracia cristiana;  la cual se había implementado en otros países del mundo como lo son Perú, Venezuela y Chile.
Es así que llega esta corriente política a El Salvador, siendo el Partido Demócrata Cristiano  el precursor en tierras salvadoreñas;  de modo que comienzan las reuniones para establecer el símbolo, nombre y los diferentes estatutos y principios que regirían la organización. Formando sus bases como una fracción anti militar, abocada solo a los intereses democráticos;  convirtiéndose en su líder José Napoleón Duarte, quien ganó terreno poco a poco en la política. Para el 25 de noviembre de 1960, se instaura formalmente el Partido Demócrata Cristiano; el cual había sido aprobado y reconocido por el poder electoral, es decir, el Consejo Central de Elecciones.


Para ello hizo que el 13 de diciembre de 1948 la Asamblea Legislativa decretara una apresurada convocatoria a elecciones de Constituyente en un plazo de menos de una semana. Al día siguiente había sido depuesto por el "Movimiento de la Juventud Militar". 
En primer lugar, se señala la existencia de una continuidad con los sistemas dictatoriales del pasado y la necesidad de una ruptura revolucionaria que a su vez estableciera un régimen constitucional que expresara los “anhelos populares”. Los factores desencadenantes señalados son el estado de sitio injustificado y, sobre todo, el intento de reelección del general Castaneda Castro. Finalmente, se vislumbra la intención de integrarse al contexto centroamericano como parte del proyecto nacional de desarrollo, a la vez que se destaca el papel del ejército como “brazo armado del pueblo”. La asunción de todos los poderes en el Consejo de Gobierno es típica de las rupturas revolucionarias. Toda norma jurídica anterior queda derogada, y el país entra en un período que los analistas llaman de “constitucionalidad”, en que se debaten los principios del nuevo orden que habrá de regir al país en el futuro.



El golpe de Estado del 14 de diciembre de 1948, que derrocó a Castaneda, ha sido llamado “el golpe de los mayores”, debido a que fue organizado por oficiales de rango medio. Estos se identificaban a sí mismos como la Juventud Militar, formada principalmente por oficiales de escuela. Una vez derrocado Castañeda, en una asamblea general de oficiales celebrada el 14, se nombró un Consejo de Gobierno Revolucionario (CGR), formado por militares y civiles. Sus miembros iniciales fueron el teniente coronel Manuel de Jesús Córdova y los mayores Óscar Osorio y Óscar Bolaños. Como Osorio se encontraba en México, Bolaños y Córdova tuvieron que seleccionar a dos civiles para completar el Consejo: los doctores Reynaldo Galindo Pohl y Humberto Costa. El 16 de diciembre, se emitió el primer decreto del CGR, en que se declaraba la justificación del movimiento revolucionario y sus objetivos centrales. 
El ejército aparecía identificado como el brazo armado del pueblo. En esta interpretación, se concebía a la institución militar como la vanguardia y garante de los cambios revolucionarios. No fue fácil la selección de los militares que conformarían el Consejo. Entre los promotores del golpe, el teniente coronel Córdova no era tan aceptado por su carácter altanero y dominante, y el mayor Humberto Villalta quedó fuera porque en los círculos militares era considerado radical y de ideas de. Será Osorio, por su sencillez y carácter amistoso, el que se irá perfilando como líder. 


Para uno de sus ideólogos, el teniente coronel José María Lemus (que llegaría luego a la Presidencia), los cuarteles eran los laboratorios de la conciencia de los soldados para defender los derechos del pueblo. Por su lado, los civiles eran connotados intelectuales representativos de los sectores modernizantes, quienes dejaron en claro que harían una amplia reforma jurídica e institucional y que mientras tanto, gobernarían por decretos, amparados en las amplias facultades del Derecho Revolucionario.
Por otra parte, la Constitución de 1950 le proporcionó al proceso el respaldo legal necesario, aunque en la práctica se conservaron algunas características del régimen martinista derrocado: el predominio de un partido oficial, la represión y exclusión de los opositores al régimen, y la presencia de militares en los principales cargos del Estado y en las dirigencias partidistas. Dicha Constitución reflejó el marcado espíritu de la doctrina constitucional que acompañó en toda América Latina a los gobiernos en los proyectos de modernización económica y social, que tuvieron éxito pero no gozaron de larga duración.
Los problemas dentro del PCN y del ejército fueron creciendo al aproximarse las elecciones presidenciales de 1967, en parte por la posibilidad de que el partido oficial pudiera perderlas, pero sobre todo por la dificultad de encontrar un sucesor al presidente Rivera. Este, aunque al principio prometió imparcialidad entre varios precandidatos militares, finalmente apoyó al coronel Fidel Sánchez Hernández, quien al frente del PCN se impuso a las candidaturas del PDC (doctor Abraham Rodríguez) y del PAR (doctor Fabio Castillo, ex rector de la Universidad). Estos partidos políticos, aunque tenían similitudes, no lograron unirse y se presentaron por separado, dividiendo el voto de la oposición que favoreció el triunfo del oficialismo. Los gobiernos militares gozaban de un fuerte apoyo del pueblo por los resultados favorables de la modernización y del Mercado Común Centroamericano.

El Gobierno demostró su compromiso de paz al aceptar las reformas a la Constitución, mientras que el FML por primera vez aceptó la vigencia de la Constitución y sus mecanismos para ser reformada. Las reformas de la Constitución abrieron las puertas para los acuerdos posteriores sobre Fuerza Armada seguridad pública, sistema judicial, sistema electoral y otros. En los meses posteriores, el avance del proceso de paz se vio dificultado por desacuerdos acerca de la creación de garantías para la futura participación política legal del FMLN. En septiembre de 1991, el presidente Cristiani al frente de la delegación del Gobierno y los cinco miembros de la Comandancia General del FMLN concurrieron a Nueva York, invitados por el Secretario General de las Naciones Unidas, con el propósito de desbloquear las negociaciones. El 25 de ese mismo mes, las partes firmaban otro pacto denominado el Acuerdo de Nueva York, en el cual se dispuso la creación de la Comisión para la Consolidación de la Paz (COPAZ), en la que participarían el Gobierno, el FMLN y los partidos políticos representados en la Asamblea Legislativa. Como mecanismo de garantía nacional de los acuerdos finales que se suscribieran, COPAZ tendría amplias facultades de supervisión y control en el cumplimiento de los pactos.

Después de varias rondas de negociaciones siguientes en las que no se lograron resultados definitivos, las partes volvieron a reunirse en Nueva York en diciembre de ese año. Tres días antes de fin de año, cuando culminó el mandato del Secretario General Pérez de Cuéllar, el presidente Cristiani viajó desde El Salvador para encabezar la delegación del Gobierno. Tras intensas negociaciones y en un acto, la medianoche del 31 de diciembre de 1991 las partes firmaron el Acta de Nueva York, en la que anunciaban que habían concluido las negociaciones y que el Acuerdo de Paz resultante sería firmado el 16 de enero de 1992 en una ceremonia solemne que se celebraría en el Castillo de Chapultepec, en la capital mexicana.
Según el presidente Duarte, las causas que originaron el conflicto ya estaban superadas o en vías de estarlo; por tanto, la izquierda no tenía justificación de seguir con la lucha armada. Por esta razón, la reunión en La Palma y otras posteriores fueron un diálogo improductivo. El Gobierno de Estados Unidos, por su parte, aunque no se opuso a la idea de un diálogo, creía que una victoria militar sobre el FMLN era posible, si se le daba más apoyo al ejército salvadoreño y se cortaban las fuentes de suministro a la guerrilla. Estados Unidos también estaba comprometido con el fortalecimiento de la democracia mediante la realización regular de elecciones, las cuales deberían convencer a la población de que la lucha armada no era la forma adecuada para alcanzar el poder. En 1985 y 1988, el pueblo volvió a las urnas para renovar la Asamblea Legislativa y los Concejos Municipales, aunque el número de votos válidos se redujo ante el cansancio y la apatía de muchos ciudadanos. Y en 1989, fue electo como Presidente de la República el licenciado Alfredo Cristiani en la primera vuelta de votación. Por primera vez desde 1931, cuando Pío Romero Bosque le traspasó el poder a Arturo Araujo, un presidente civil popularmente electo entregaba el cargo a un sucesor civil electo en iguales condiciones. De esta manera, ARENA envió una señal de apertura y pluralismo, al proponer a un destacado empresario sin trayectoria política partidaria como candidato a la presidencia de la República. A todo esto, la ciudad capital y buena parte del occidente del país se mantenían aisladas de la guerra. Con excepción de actividades de sabotaje que interrumpían el suministro eléctrico y de diversas bombas y ataques terroristas, San Salvador no había sufrido la intensidad del conflicto como las zonas rurales del centro y el oriente del país. Pero a partir de 1987, los esfuerzos del FMLN se concentraron en revivir la actividad política en la principal zona urbana del país. En consecuencia, la izquierda en San Salvador resurgió aprovechando los espacios políticos que ofrecía la naciente democracia. Diversas agrupaciones de trabajadores ligadas al FMLN se movilizaron en la ciudad, lo que hizo creer al Frente que el movimiento de masas extinguido en 1981 volvía a tener efervescencia y que existían de nuevo las posibilidades de una insurrección. En noviembre de 1989, el FMLN lanzó un fuerte ataque, concentrado en San Salvador y San Miguel, que duró ocho días. En San Salvador, los insurgentes tomaron al menos seis poblaciones en los suburbios: Mejicanos, Soyapango, Cuscatancingo, Ayutuxtepeque, la colonia Zacamil y Ciudad Delgado. Al mismo tiempo, emprendió ataques dispersos a puntos claves del ejército y de los cuerpos de seguridad, provocados por pequeñas escuadras de la guerrilla que se movilizaban rápidamente a distintas horas del día. Esta ofensiva guerrillera fue denominada Hasta el Tope.

Durante la década de los ochenta, la guerra civil en El Salvador fue creciendo en intensidad y extensión, con los altibajos típicos de cualquier guerra prolongada. Pese a los anuncios de importantes victorias que cada parte expresaba de vez en cuando, resultaba evidente que el incremento en el nivel de fuerzas no aseguraba una victoria definitiva de uno o de otro a corto plazo. Según algunos observadores, la guerra se había empantanado. Si bien es cierto que los misiles antiaéreos en manos de la guerrilla alteraron la correlación de fuerzas militares, fue más importante para acabar con la guerra toda la gama de cambios políticos que se estaban dando a nivel mundial, al igual que el creciente deseo de paz del pueblo salvadoreño. Una vez que Estados Unidos hizo saber que estaba de acuerdo con una solución negociada, a comienzos de 1990, era solamente cuestión de tiempo para que las fuerzas en pugna se sentaran a la mesa a negociar los términos del fin del conflicto. El conflicto armado fue cruel, durante el cual se dieron situaciones muy difíciles como la violación de los derechos humanos y la desaparición de miles de personas, las migraciones forzadas y las de tipo políticas, la destrucción de buena parte de la infraestructura nacional, agudización del desempleo, el estancamiento del crecimiento económico y la fuga de capitales. Las consecuencias sociales de la guerra, entre las que se incluyen las humanas y materiales, se expresan en cifras alarmantes, sin precedentes en los conflictos armados en el país. Finalmente, una vez que el conflicto armado se detuvo, los costos en la reconciliación nacional y la reconstrucción material han sido elevadísimos.
El conflicto armado, en buena medida, había destrozado a la población. No eran pequeñas las consecuencias sociales dejadas. El país entero estaba cansado de sufrir y vivir en una inseguridad paralizante, que se sentía por igual al interior de los hogares como en la calle, del mismo modo producía sobresaltos a un nivel nacional en las personas ya sea dormidas o despiertas.
Los acuerdos relativos a aspectos económicos y sociales incluyen programas de reinserción para ex combatientes de ambos lados, en especial, la transferencia de tierras, el establecimiento de un Foro de Concertación Económico y Social con participación de los sectores gubernamental, laboral y empresarial, y la implementación de un Plan de Reconstrucción Nacional para el desarrollo de las zonas afectadas por el conflicto. Por tanto, garantizar el irrestricto respeto a los derechos humanos fue uno de los objetivos centrales del proceso de paz en El Salvador. Las negociaciones entre el Gobierno de Alfredo Cristiani y el FMLN que se habían iniciado en abril de 1990 produjeron, tres meses después, el llamado Acuerdo de San José. Esto posibilitó que un año más tarde, en julio de 1991, la División de Derechos Humanos de la Misión de Observadores de las Naciones Unidas en El Salvador (ONUSAL), a petición de las partes, comenzara oficialmente a funcionar en el interior del país, a pesar de la guerra.

(ALVAREZ, 2020)
La economía no solamente tenia un ámbito al cual aferrarse para su crecimiento, sino que ahora también se basaría en los principios que tenia en la libre empresa y de la libre asociación que pudiesen tener, dando pauta a contrataciones, exportaciones e importaciones, trabajos internos o externos que se pudieran producir con los distintos tratados que se llegaran a firmar, pero para seguir todos estos lineamientos y futuras inversiones a la economía el Gobierno es el responsable, director y promotor para que la sociedad fuese mas justa para todos, en esto iban ya incluido los trabajadores, los campesinos y toda persona involucrada, mientras que la fuerza armada fungía su labor como vigilante de a protección de los intereses nacionales y los de los determinados grupos en su cargo.

¿Que dio a entender Duarte en ese momento?
Que cuando la nación Norteamericana viera que el apoyo hacia otros países no solo beneficiaria a los países a los que están colaborando sino que también sus propios intereses económicos, sociales y políticos, en ese momento se decidirán unir a trabajar con nosotros, así mismo dejaría de haber un problema y a empezar a existir una posible solución que beneficiaria a todos los involucrados. 

¿Que sucedió en 1960?
En este año se marco el fin de lo que Monterrosa denomina como "La era prudista" pero ¿porque prudista? era en alusión al Partido Revolucionario de Unificación Democrática (PRUD) ya que a mediados de de la década de 1950, el presidente Osorio designo como su sucesor al teniente coronel Jose Maria Lemus, en esta tiempo hubieron cambios como que el oficialismo se valió de "triquiñuelas" legales que ayudaban hasta cierto punto a conseguir lo que se desearan los altos mandos. 






La democracia surge entre varios discursos y enfrentamientos, entre estos también surge con un vinculo de lo sucedido en la Guerra Fría, pero el debate mayor se viene dando en si la democracia es mínima o procedimental, si es una democracia sustantiva o radical y a que en si hace referencia la democracia, o si se mira como algo sumamente productivo para los pobladores o mas bien es vista desde un carácter propagandístico con el fin de llegar a ganar algunas elecciones o dictaduras que en su momento se pongan al juego.


En América Central y vista desde un punto interno a lo que sucede con la democracia, se observa que la presión democrática recae en la derecha oligarca empresarial y en la izquierda partidista, donde cada quien lucha y persigue sus ideales para ser mejor una que la otra, en donde la democracia recae en los electores por ver quienes consideran que los representa mejor. 


Duarte a pesar de querer inculcar una nueva ley que ayudara a distintos puntos del país, de la democracia, del totalitarismo, etc, no tuvo una comprensión adecuada de lo que era el fenómeno revolucionario hasta tal grado que lo marco como una agresión extranjera del comunismo internacional, sin pensar en algún aspecto beneficioso para la nación, el se baso en lo fundamental en lo que se miraba y en la solución norteamericana tomada desde otras perspectivas y con otro tipo de intereses que no eran precisamente lo que los salvadoreños en ese momento creyó que necesitaban.  
Las fuerzas gubernamentales como PDC, ARENA, FMLN, Fuerzas Armadas, Movimiento Popular, Iglesia e incluido el Gobierno Estadounidense, fueron los actores de primera linea en el proceso de transición a la democracia electoral salvadoreña, fue un proceso largo y con muchos lazos a desarrollarse de por medio, pero cada uno de los entes involucrados iba velando por su propio interés a tal punto que en el contexto regional podía haber una convulsión causada por la interposición de intereses ajenos a lo que se iba buscando, lo que venia repercutando esta transición fue la ultima década de la Guerra Fría.
(PEÑATE, 2020)

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